Vivimos en la era de la información. La información (a veces falsa) se mueve a un ritmo vertiginoso y en ocasiones cuesta discernir lo importante del ruido.

Probablemente estés cansado del bombardeo constante de noticias sobre que tal cosa o tal otra que haces, comes o usas producen cáncer. La lista es tan larga, que últimamente escuchas con recelo las nuevas informaciones sobre el tema. Incluso has dejado de prestarle mucha atención y ni siquiera te lo acabas de creer.

Para que esto no nos ocurra, es importante documentarse a través de fuentes serias, rigurosas y bien argumentadas. Estas fuentes nos ayudarán a interpretar correctamente los resultados de los estudios relacionados con el cáncer. De esta manera evitaremos malentendidos, falsas creencias y preocupaciones innecesarias sobre el cáncer. Y además tomaremos mejores decisiones sobre la prevención o tratamiento del cáncer.

Existen muchísimos estudios sobre las causas del cáncer, pero es necesario ponerlos en contexto. A veces se trata de estudios realizados en animales y que aún no están probados en humanos. Otras veces consisten en experimentos aislados, que requieren ser repetidos por otros estudios para poder llegar a alguna conclusión válida. E incluso en ocasiones las informaciones recibidas se basan en bulos que carecen de base científica y que lo único que consiguen es crear confusión.

No obstante, también hay estudios realizados en muestras de población amplias, robustos y con gran evidencia científica. El problema es que en ocasiones, las conclusiones de estos estudios quedan camufladas entre tanta infoxicación, y no se les presta la atención que merecen.

Realmente, ¿qué es lo que produce cáncer?

A pesar de la larga lista de factores relacionados con el cáncer, tenemos algunas buenas noticias para ti.

Como explicábamos en una entrada previa, la evidencia científica afirma que para reducir significativamente el riesgo de padecer cáncer, sólo tienes que seguir 10 pautas muy básicas en tu día a día: 1. Aliméntate de manera sana, 2. Haz ejercicio físico diario, 3. Vacúnate y vacúnalos, 4. Participa en los programas de detección precoz del cáncer, 5. Si puedes, amamanta a tus hijos, 6. No fumes, 7. Reduce el consumo de alcohol, 8. Mantente en un peso adecuado, 9. Protégete del sol, y 10. Protégete frente a las sustancias cancerígenas en el trabajo.

4 de cada 10 cánceres se pueden prevenir

Quizás también te plantees realizar muchas otras acciones que te ayuden a disminuir el riesgo de cáncer, pero es importante que conozcas el impacto real que tiene cada una de estas medidas en la reducción del riesgo de padecer cáncer.

Clasificación de los carcinógenos de la IARC

Empecemos por explicar cómo la “Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC)” clasifica a los potenciales carcinógenos. Es importante entender bien esta clasificación porque cada cierto tiempo aparecen noticias relacionadas con ella.

Para clasificar si algo produce cáncer, investigadores reconocidos a nivel mundial se reúnen y revisan toda la literatura científica existente sobre el tema evaluado (estudios epidemiológicos en humanos, en animales, estudios experimentales, mecanísticos, etc). A partir del nivel de evidencia disponible, el agente en cuestión se califica en alguna de las siguientes categorías:

Grupo 1: Causa cáncer en humanos (hay pruebas convincentes de que el agente en cuestión causa cáncer)
Grupo 2A: Probablemente causa cáncer en humanos
Grupo 2B: Posiblemente causa cáncer en humanos
Grupo 3: No clasificable como causa de cáncer en humanos

Es importante destacar que los grupos de esta clasificación de la IARC no miden lo peligrosa que es una sustancia. Lo que miden es cuán fuertes son las evidencias científicas disponibles sobre el tema. Es decir, que miden lo seguros que estamos de que agente sea causa de cáncer.

Eso no quiere decir que dos sustancias calificadas en el mismo grupo sean iguales en el riesgo de cáncer. Sino que hay el mismo nivel de evidencia científica que correlaciona ambas sustancias con el cáncer. En otras palabras, el hecho de que las salchichas y el tabaco se encuentren en la misma categoría no significa que sean igual de dañinas para el organismo, sino que estamos igual de seguros de que existe relación entre estas sustancias y algún tipo de cáncer.

Ahora te preguntarás cuántos cancerígenos hay…

A día de hoy la IARC incluye dentro del grupo 1, más de 100 agentes agentes que se consideran carcinogénicos para los humanos. Es decir, hay evidencias científicas para decir que estos agentes causan cáncer.

No obstante, hay que destacar, que el hecho de que un agente sea clasificado como cancerígeno NO significa necesariamente que vaya a producir muchos casos de cáncer.

Hay otros factores que tener en cuenta. Por ejemplo, el agente podría asociarse de forma débil con el cáncer en cuestión, o afectar a muy poca gente, o relacionarse con un tipo de cáncer muy poco frecuente, o… todos estos factores a la vez. Para que lo entendáis mejor, nos gustaría recuperar en este post la figura con datos de UK que hizo Marta Aldea en su entrada sobre las causas del cáncer. En ella se pone en relevancia la importancia de cada uno de los factores de riesgo modificables, y se puede observar que a pesar de estar incluidos en el mismo grupo (grupo 1), hay algunos factores de riesgo que producen muchos más casos de cáncer que otros.

Además de las fuentes previamente citadas, también puedes consultar aquí cómo se hacen otras recomendaciones de prevención por el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF).

Beatriz Serrano y Laura Costas

Programa de Investigación en Epidemiología del Cáncer

Institut Català d’Oncologia