5 consejos para construir una experiencia psicológica saludable tras el cáncer

La psicooncología abarca diferentes ámbitos. Puede ser útil para implementar hábitos saludables y prevenir el cáncer. Y, sobre todo, puede ser de gran ayuda para prevenir el malestar emocional excesivo tras el diagnóstico de cáncer.

Foto por Jordi Gálvez.

 

¿Cómo se construye una experiencia psicológica saludable tras el cáncer?

Pasar por un cáncer genera malestar emocional. Pero, ¿por qué la intensidad y permanencia de este malestar emocional varía tanto entre unas personas y otras?

Hay gente que lo lleva muy bien y cambia incluso sus vidas en positivo, mientras que otras sin embargo se quedan tocadas e incluso traumatizadas tras la enfermedad. ¿Cómo sucede esto?

En cerca del 40% de las personas con cáncer, el malestar emocional y el estrés llegan a generar importantes problemas que pueden requerir tratamiento psicológico. Los profesionales de la psicooncología se dedican a facilitar que las personas construyan una experiencia saludable tras el cáncer. Estudian cómo consiguen algunas personas asimilar mejor la enfermedad, cambiar sus vidas y reducir este malestar emocional.

 

¿Cuáles son las claves para prevenir o reducir el malestar emocional excesivo en el cáncer?

Algunas recomendaciones básicas son:

1. Ten curiosidad por lo que sientes y experimentas. Ábrete poco a poco. Las personas curiosas y abiertas emocionalmente, que expresan y comparten con amigos, familiares y otras personas la experiencia de pasar por la enfermedad suelen adaptarse mejor a la enfermedad. Sin embargo, es normal estar más cerrado, un poco irritable, saturado y poco abierto durante el primer mes después del diagnóstico o de un periodo crítico. No estás disponible para nadie porque tienes que centrarte en asimilar lo vivido antes de comunicarlo. Empieza a abrirte por los que te conocen más. Si te cuesta informar a mucha gente al principio, deja que sean otras personas de tu confianza las que lo hagan. Hablar va bien pero sin sentirse presionado a hacerlo. También hay algunas personas a las que no les sienta bien hablar, así que es mejor no forzarlo.

 

2. Aprovecha los apoyos que tengas, pide ayuda. No protejas más de la cuenta a los tuyos de ti o de tu malestar. No vayas de víctima pero tampoco evites que te vean en todos tus malos momentos. Tener una actitud y afrontamiento positivo en la enfermedad no es un mantra a repetirse ni implica estar feliz y optimista de forma impuesta. Es bueno tener la voluntad de indagar en lo que estás viviendo, sea positivo o negativo, con la intención de ser consciente y hacer aflorar la “mejor versión posible de ti” en un periodo de especial dureza en tu vida.

 

3. Mejor NO focalizarte en buscar culpables. Mucha gente se pregunta el “por qué a mí” tras el diagnóstico. No hay causas únicas ni claras en general para la aparición del cáncer, así que buscar culpables a veces no permite avanzar ni asimilar lo que vas viviendo. Podemos responsabilizarnos de nuestro cuidado y mejora de salud sin que haya sido nuestra culpa que aparezca el cáncer.

 

4. Céntrate en lo que sientes que puedes controlar, pero sin obsesionarte. Podemos mejorar nuestra salud y la calidad de vida en la enfermedad, pero trata de que te mueva la voluntad de estar mejor y no el “evitar el cáncer” o “calmar un sentimiento de culpa de no estar manteniendo a raya la enfermedad”. Tu cuerpo no es un problema, es el escenario de tu salud, tampoco el campo de batalla de tu lucha contra el cáncer.

 

5. Aprovecha el parón en tu vida, para apreciarla, revisarla y plantearte si esta enfermedad puede cambiar algunas formas de verte a ti mismo, a las personas que te rodean y la vida en general. Para muchas personas, el cáncer aún se asocia a muerte. Sabemos que en muchos casos no es así, pero es habitual que el miedo a morir aparezca durante la enfermedad. Ese miedo puede ser positivo si favorece la toma de conciencia de que somos mortales, ayuda a centrarse en las cosas importantes de la vida y es un impulso para realizar cambios vitales positivos (crecimiento personal), como:

  • Descubrir nuevas fortalezas y capacidades que uno no pensaba que tenía.
  • Agradecer y sentirse más cercano a las personas que uno quiere y han respondido bien en la enfermedad
  • Cambiar o reordenar los valores y prioridades de la vida.
  • Mayor apreciación de la vida.
  • Mayor capacidad de intimar y profundizar en las relaciones personales y en aspectos trascendentales y existenciales de la vida.

 

En conclusión…Llena de vida tu tiempo en el cáncer, tratando de que tu espacio mental y vital no se contagie más de lo inevitable de la enfermedad. Si el malestar emocional se instala en tu vida de forma intensa y/o mantenida pide ayuda a un profesional de la psicooncología.

No es de “locos” ir al psicólogo. Es de “locos” no interesarte profundamente en tu vida después de que algo la impacta tanto.

 

Cristian Ochoa Arnedo

Psicólogo Clínico y psicooncólogo

Institut Català d’Oncologia

 

1 comentario
  1. Elisenda
    Elisenda Dice:

    Muy interesante, claro y conciso!
    Una frase que me encanta al respecto…
    «No llenes tu vida de años…llena tus años de vida»
    No recuerdo dónde la he leído…

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *